(RV).- Hacer resonar el anuncio explícito de Cristo, que dona alegría y luz al mundo; diálogo sincero y respetuoso entre culturas y religiones; educación ecológica; valorar el papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, en un mundo en que se difunden ideologías sobre familia y matrimonio, contrarias a la naturaleza y al designio de Dios, y ante explotaciones y maltratos.
Son algunas de las intensas exhortaciones del Papa Francisco a la Conferencia Internacional del escultismo femenino.
«La educación es, en efecto, el medio imprescindible para consentir a las chicas que lleguen a ser mujeres activas y responsables, que vivan en su día a día - con legítimo orgullo y felicidad - su fe en Cristo. De este modo ellas participarán en la construcción de un mundo impregnado por el Evangelio».
«Vivir como guía la alegría del Evangelio». El Obispo de Roma expresó su aprecio por el tema elegido para este encuentro:
«Es un magnífico programa: anunciar a los otros, con el testimonio de nuestra vida, que encontrar a Jesús nos hace felices; que encontrar a Jesús nos libera y nos sana; que encontrar a Jesús nos abre a los demás y nos impulsa a anunciarlo, en particular a los más pobres, a los que están más lejos, más solos y abandonados».
Tras invitar a atesorar esta herencia preciosa, el Papa destacó asimismo el anuncio explícito de Cristo y el diálogo intercultural e interreligioso:
«En calidad de responsables católicas, ustedes tienen también la oportunidad de hacer resonar el anuncio explícito de Cristo, que dona alegría y luz al mundo, en la Asociación Mundial de Guías y Escultismo, donde encuentran a guías jefe de toda cultura y religión. Deseo que sea ocasión de diálogo sincero y verdadero, en el respeto de las convicciones de cada uno y en la afirmación serena de su fe y de su identidad católica».
Recordando que en su Encíclica Laudato si’ señala que la educación a la ecología es esencial para transformar las mentalidades y costumbres, para superar los inquietantes desafíos, que se presentan a la humanidad, en lo que respecta al ambiente, el Santo Padre expresó su anhelo de que las guías perseveren en su actitud pedagógica en el contacto con la naturaleza, percibiendo la presencia y bondad del Creador:
«Esta actitud contemplativa las llevará a vivir en armonía consigo mismas, con los demás y con Dios. Es un nuevo estilo de vida, más conforme al Evangelio, que luego podrán transmitir en los ambientes en que viven».
El Papa Francisco reiteró, una vez más, la importancia de que la mujer sea valorizada adecuadamente y pueda asumir plenamente el lugar que le corresponde en la Iglesia y en la sociedad:
«Estamos en un mundo en el que se difunden las ideologías más contrarias a la naturaleza y al designio de Dios sobre la familia y el matrimonio. Se trata, por lo tanto, de educar a las chicas, no sólo a la belleza y a la grandeza de su vocación de mujeres, en una relación justa y diferenciada entre hombre y mujer, sino también a asumir responsabilidades importantes en la Iglesia y en la sociedad. En algunos países, donde la mujer está aún en posición de inferioridad, e incluso es explotada y maltratada, ustedes están llamadas ciertamente a desarrollar un papel destacado de promoción y educación».
El Obispo de Roma culminó su denso discurso invocando el amparo de la Madre de Dios:
«La Virgen María es el modelo de la mujer, según el Evangelio y según el corazón de Dios, del que tienen necesidad la Iglesia y nuestras sociedades. Que Ella sea para ustedes manantial de aliento y de inspiración. Las encomiendo a todas a su intercesión y las bendigo de corazón»