Monseñor Munilla pide la retirada de «amenazas» contra la Iglesia de una exposición

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha criticado hoy a la Diputación de Gipuzkoa por no retirar «expresiones violentas y amenazadoras» hacia la Iglesia Católica contenidas en una exposición que se muestra en el centro cultural Koldo Mitxelena. Munilla ha señalado en su homilía del domingo que una exposición de dicho centro cultural gestionado por la institución foral recoge «grafitis» en los que se leen lemas como «La Iglesia que más ilumina es la que arde» o «Opus Dei sutara», ha informado el obispado en un comunicado.

El prelado hace referencia a la exposición «Gorputz Grafiak» que se exhibe en la sala Ganbara del centro cultural donostiarra y que, según la descripción de sus promotores, constituye una «crónica de las actividades llevadas a cabo por el movimiento feminista vasco en los últimos 40 años».

El obispo ha realizado gestiones ante la Diputación en las que ha pedido la retirada de esas expresiones, pero al no tener respuesta ha optado por «explicar públicamente su posición al respecto».

Monseño Munilla asegura que las autoridades que gobiernan las instituciones de Gipuzkoa «no pueden mirar para otro lado, sino que tienen plena responsabilidad en la permisión de estos ataques y provocaciones contra la libertad religiosa».

A su juicio, «no es de recibo invocar el respeto a la libertad de expresión para justificar en una exposición la presencia de invitaciones explícitas a ejercitar la violencia». Tampoco, agrega el obispo, «cabe justificar la inclusión de esas amenazas basándose en que son memoria histórica de lo que otros dijeron».

Munilla se pregunta qué ocurriría si se exhibiera un grafiti que dijera «La mezquita o la sinagoga que más ilumina es la que arde» y señala que «todos reconocerían que sería impensable tal agravio a los hermanos musulmanes o judíos en un espacio público».

«¿Cómo se puede explicar entonces la admisión de tal falta de respeto hacia la cultura cristiana?», recalca. La explicación reside, según el obispo, en una «gravísima crisis espiritual así como en la ausencia de valores éticos básicos» acompañada de la «dejación de responsabilidades por parte de las autoridades», a las que replica que deberían «tutelar el bien común del conjunto de los ciudadanos».