1.- Canto, vídeo, “Hallelujah” Leonard Cohen. Hoy tenéis trabajo, así que una canción muy bonita que sólo pide escuchar.
2. Nos ponemos en la presencia de Dios. Él nos mira, nos escucha, desea establecer un diálogo, está pendiente de nosotros porque nos ama. En un segundo momento, nos hacemos presente su deseo intensísimo de unirse a nosotros.
3. Reflexión: Durante esta semana os propondré un esquema de oración diferente, para mirar de hacer un nuevo acercamiento a Jesús, una nueva manera de encontrarse con Jesús, que a mí me funciona muy bien. Pero antes recordad algunas ideas sobre la Palabra de Dios:
• Se necesita entenderla como una actividad divina que produce infaliblemente efecto...
• Jesús se autorevela. En la Palabra Jesús nos revela su persona, su ser más profundo. Él abre su interioridad esperando encontrarse con nosotros, con nuestra interioridad.
• Al tomar la Palabra es necesario que actualitzemos lo que vamos a hacer: vamos a conocer a Jesucristo, vamos a encontrarnos con Él, y este encuentro es siempre transformador. Nos queremos encontrar con Él, no reflexionar sobre sus ideas.
• Dios nos crea hablando, el hombre se construye escuchando (Shema Israel “escucha Israel”)
4. “Cuatro niveles para encontrarnos con la persona de
Jesús” + propuesta de un texto para vivir el encuentro siguiendo estos niveles. El Buen Samaritano.
5. Recemos un misterio inventado: Contemplemos el gran deseo de Jesús de que le conozcamos, de que
nos encontremos con Él.
6. Padrenuestro final. Miremos de rezar el Padrenuestro unidos a Jesús, como Él debía decir esta oración.
Nivel 1: Ideas de Cristo: Qué dice Jesús? Cuáles ideas me comunica? (ideas luz para nuestra vida)
Nivel 2: Vida de Cristo: Cómo vive Jesús esto que nos comunica?.(Pido la gracia para vivir lo que Él vivió)
Nivel 3: Sentimientos de Cristo: Procuremos entrar en el corazón de Cristo. ¿Qué sentimientos/deseos/certidumbres le
llevan a manifestarse o
actuar como lo ha hecho?
Entonces el Evangelio tiene vida porque hemos entrado en el corazón de Jesús. Orígenes habla de la leccio divina como “escuchar los latidos del corazón de Jesús”.
Filipenses 2,5: “Tened, pues, los sentimientos que corresponden a quienes estan
unidos a Cristo Jesús”. (Pidámosle sentir lo que Él siente)
Nivel 4: Dirigimos los
sentimientos de Cristo hacia nosotros: aquello que hemos encontrado en su corazón lo dirigimos a nuestras personas. Aquello que he visto que sentía, lo siente también por mí.
Estamos en el corazón de Cristo, del Cristo que caminó por la tierra de Palestina. Formamos parte del corazón de Cristo, cada uno somos una fibra del corazón de Cristo, estamos presentes en su corazón. Es un misterio pero es así: Jesucristo nos conoce y nos ama personalmente a cada uno. Toda la humanidad está presente en el corazón de Cristo y es amada por Cristo.
Es lo que San Pablo experimentó: “me ha amado y se ha entregado por mí” y es lo que la Iglesia siempre ha creído.
Siguiendo este esquema vivimos un encuentro personal muy profundo con Jesús, nos encontramos con sus ideas, con su vida, entramos en su corazón y Él entra en el nuestro.
Nos encontramos con Jesús meditando el evangelio del buen samaritano, siguiendo los 4 niveles, Lc 10, 25-37:
Un maestro de la ley
fue a hablar con Jesús, y para ponerle a prueba le preguntó:
–Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?
Jesús le contestó:
–¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?
El maestro de la ley respondió:
–‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus
fuerzas y con toda tu mente; y ama a tu prójimo como a ti mismo.’
Jesús le dijo:
–Bien contestado. Haz eso y tendrás la vida.
Pero el maestro de la ley, queriendo
justificar su pregunta, dijo a Jesús:
–¿Y quién es mi prójimo?
Jesús le respondió:
–Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos
bandidos. Le quitaron hasta la ropa que llevaba puesta, le golpearon y se
fueron dejándolo medio muerto.
Casualmente pasó un
sacerdote por aquel mismo camino, pero al ver al herido dio un rodeo y siguió
adelante.
Luego pasó por allí un
levita,y al verlo dio también un rodeo y siguió adelante. 33 Finalmente, un
hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, le vio y sintió compasión de
él.
Se le acercó, le curó
las heridas con aceite y vino, y se las vendó. Luego lo montó en su propia
cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él.
Al día siguiente, el
samaritano sacó dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: ‘Cuida a este
hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi regreso.’
Pues bien, ¿cuál de
aquellos tres te parece que fue el prójimo del hombre asaltado por los
bandidos?
El maestro de la ley contestó:
–El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo:
–Ve, pues, y haz tú lo mismo.