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1. Canto, vídeo, “El Señor es mi pastor” Es el salmo más popular, de una gran belleza, miremos de hacer nuestras las palabras del salmista.
2. Nos ponemos en la presencia de Dios. El nos mira, nos escucha, desea establecer un diálogo, está pendiente de nosotros porque nos ama. En un segundo momento, nos hacemos presente su deseo intensísimo de unirse a nosotros.
3. Reflexión-plegaria: En los tres ciclos, A, B y C, el cuarto domingo de Pascua es el Domingo del Buen Pastor. La Iglesia, inspirada por el Espíritu Santo, nos envía un mensaje muy claro: Jesús está vivo, y ahora camina contigo como Buen Pastor!
Te propongo que hagas una diálogo con Jesús Buen Pastor sobre cómo va esta guía en tu vida .... Sobre aquello que te inquieta.... Sobre aquello que no entiendes .... Sobre tu plan de futuro... Tantas veces gestionamos nuestra vida al margen de su oficio de Buen Pastor.
4. “Salmo del buen pastor”. Al leer este salmo miremos de entrar en contacto con la experiencia que lleva al salmista a
expresarse de esta manera. El está manifestando su experiencia de Dios. Nosotros entramos en contacto con ella, la hacemos nuestra!, la deseamos ...
5. Recemos un Misterio de Gloria: “La resurrección de Jesús”. Contemplemos a Jesús vivo, como el Buen Pastor que hace camino con nosotros.
6. Padrenuestro final. De la mano del Buen Pastor recemos la oración que Él nos enseñó...
El Señor es mi
pastor;
nada me falta.
Me hace descansar en verdes pastos,
me guía a arroyos de tranquilas aguas,
me da nuevas fuerzas
y me lleva por caminos rectos
haciendo honor a su nombre.
Aunque pase por el más oscuro de los valles,
no temeré peligro alguno,
porque tú, Señor, estás conmigo;
tu vara y tu cayado me inspiran confianza.
Me has preparado un banquete
ante los ojos de mis enemigos;
has vertido perfume sobre mi cabeza
y has llenado mi copa a rebosar.
Tu bondad y tu amor me acompañan
a lo largo de mis días,
y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré