(GP/InfoCatólica) En la Iglesia, cada uno de los
miembros cumple una función específica y una congregación religiosa
contemplativa de Italia bien podría ser parte de los ojos del Cuerpo
Místico de Cristo: se trata de las Hijas de Jesús Rey, una comunidad de hermanas ciegas de la vida contemplativa.
Con los ojos del alma, las religiosas contemplan diariamente el rostro
de Cristo y viven un carisma de oración por el resto de la Iglesia.
«El propósito de nuestra consagración es vivir una vida de oración,
silencio y adoración por el Santo Padre, por la santificación de los
sacerdotes, la preservación y la difusión de la fe, para que el Reino de
Dios se extienda a todos los corazones», explica la presentación
oficial de la comunidad, fundada el 2 de febrero de 1932 por el beato
Luigi Boccardo, hermano del beato Giovanni Maria Boccardo, quien a su
vez fundó la Congregación de las Pobres Hijas de San Cayetano, comunidad
hermana de la cual las religiosas toman sus Constituciones y su Regla.
La creación de la comunidad tuvo su origen providencial en la
sucesión del Beato Giovanni Maria Boccardo al frente de la comunidad que
fundó a causa de una enfermedad. Su hermano tomó la responsabilidad de
guiar la congregación y esto significó ser responsable del Instituto de
Niñas Ciegas de Turín. Una de las mujeres del Instituto le manifestó al
Beato su vocación a al vida religiosa y su imposibilidad de unirse a una
congregación debido a su ceguera, por lo cual el Superior reconoció la
necesidad de una institución con ese carisma particular.
Para hacer posible la admisión de religiosas con ese llamado, adaptó a
la vida contemplativa el carisma de las Pobres Hijas de San Cayetano y
fundó las Hijas de Jesús Rey. «Profundamente agradecidas con Dios por
haber sido elegidas por Él para formar parte del coro de la Iglesia de
oración, celebramos con gran alegría y entusiasmo todas las partes de la
Liturgia de las Horas, convirtiéndonos en la voz de todas las
criaturas», comenta la presentación de las religiosas. Esto es posible
gracias a la disponibilidad de los textos litúrgicos en sistema Braille.
Las religiosas tienen una vivencia particular de la fe y de
importantes conceptos e imágenes que hacen parte de la transmisión de la
fe. «El clima de silencio y oración en el que pasamos la mayor parte
del día nos da la oportunidad de ver las cosas y los eventos en la
verdadera luz, la de Dios, y de hacer nuestras las ansiedades de cada
hombre, presentándolas con Jesús al Padre en un grito de profunda
súplica, para obtener gracias de misericordia y salvación para todos»,
relatan las religiosas. «Con nuestra vida de oración y contemplación, ya
aquí en la tierra comenzamos un discurso de amor que se eternizará en
el Paraíso».