Les deseo un feliz descanso

CAMINEO.INFO -Murcia/ESPAÑA- A comienzos del mes de agosto –el verano tiene sus peculiaridades- vamos a interrumpir el servicio que presta la Oficina de Medios de Comunicación de la Diócesis, por el merecido descanso de todos los colaboradores, a los que nunca podremos dejar de dar las gracias. Les damos las gracias por la fidelidad en el seguimiento durante todo el curso, que siempre valoramos y que da sentido a este servicio. Nos volveremos a encontrar en el mes de septiembre.

Les deseamos a todos un tiempo de paz, de serenidad y descanso. Seguro que muchos de ustedes ya tendrán programadas muchas ocasiones para poder percibir la grandeza de Dios en las múltiples actividades en las que tienen previsto participar, desde el descanso en la montaña o en el campo, en los viajes, excursiones, convivencias o campamentos… El tiempo de vacaciones es una oportunidad para pensar, para decirte a ti mismo: ¿Qué me ha movido en este tiempo? ¿Detrás de qué he corrido en estos meses? ¿A qué le he concedido mayor importancia? ¿Cómo he gastado el tiempo? ¿He escuchado la voz de Dios? ¿He sido buen padre, buena madre, buen hijo o hija? ¿He tenido en cuenta a los que me han rodeado? ¿El trabajo diario me ha servido para santificarme? ¿He ayudado a los demás? ¿He cuidado mi lenguaje? Bueno, sí, diría que casi un examen de conciencia que uno se hace y se responde a sí mismo para buscar mejorar, corregir actitudes y ganar en posibilidades de ser mejor persona, mejor amigo, mejores padres o hijos… etc.

Lo cierto es que hemos dejado atrás una temporada difícil, complicada, en la que hemos sido testigos de actos violentos, de muerte de inocentes… que nos han paralizado por el dolor. ¿Quién no se ha preguntado acerca de lo que puedo hacer yo, Dios mío, para que se acaben estas cosas tan violentas, tan dramáticas, terroríficas? Pero somos creyentes y sabemos que Dios puede tocarle el corazón al hombre, al que ha creado capaz de hacer cosas buenas. No permitamos que la desesperanza acampe en nuestro ser, sino más bien debemos trabajar para creer en las posibilidades que tiene el hombre, que son muchas y que puede construir la sociedad que todos deseamos, con la ayuda de Dios, naturalmente. Y sobre todo, rechazando absolutamente todo lo que signifique violencia, todo lo que signifique muerte y todo lo que signifique maltrato de la persona.

Mientras hemos recibido noticias de dolor y muerte desde distintas partes del planeta, también hemos sido testigos de una maravilla de ilusión, como la de los miles de jóvenes que son testimonio palpable de la esperanza y de la alegría en estos días en Polonia, de entre ellos, dos mil son de la Diócesis de Cartagena. Por este acontecimiento ya estamos legitimados para poder hablar de esperanza porque todas las noticias que vienen de allá, desde Polonia, son sin duda de esperanza. Esto nos renueva el ánimo. La esperanza llama a nuestra puerta, la vida, la alegría y las posibilidades de una sociedad en paz y en armonía están al alcance de nuestras manos y en esto también creemos aunque el dolor nos empañe muchas veces la vista.

En este tiempo en el que muchos disfrutan de las merecidas vacaciones de verano les invito a rezar, a acordarnos de Dios y pedir por todos aquellos que sufren: por los perseguidos, los que entregan su vida en nombre de Cristo, por los que no tienen trabajo, por los que están enfermos o en la cárcel, por nuestros mayores, por nuestros jóvenes… Y recemos también para que Dios nos dé fuerza y valentía para ser esperanza en medio de este mundo, manchado tantas veces por el dolor.

¡Feliz verano a todos!