No se cierra en vacaciones

Seguiremos la costumbre de interrumpir al final del mes de julio la publicación de determinadas secciones de nuestra página web, uno de los medios de comunicación de noticias de la Iglesia de Cartagena. El verano tiene sus peculiaridades, entre otras, la del merecido descanso de todos los colaboradores, a los que nunca podremos dejar de dar las gracias. Así que, la reflexión semanal sobre las lecturas de la Palabra de Dios del domingo se convierte hoy en un tablón de anuncio, donde colocamos el cartel de “no cerrado en vacaciones”, porque la vida sigue y el Señor nos sigue esperando en el altar. Os deseo de corazón unos días tranquilos, serenos, con tiempo para descansar y para gozar de la vida en familia. Pero terminar el curso con esta carta, de esta manera tan sosa, no me parecía interesante y me dije, ¿por qué no ofrecer algún tipo de interés que la haga única? Dicho y hecho, sencilla, pero ahí va la propuesta.

Para el curso que comenzaremos, por el mes de septiembre, tendremos la dicha de trabajar el tercer objetivo de nuestro Plan de Pastoral, la CARIDAD. Desde ahora pido vuestras oraciones. El amor es un tema central en la vida de los cristianos, porque nace del corazón de Dios-Trinidad. El don del amor, tiene su origen, fundamento e impulso en Dios, y le da sentido a toda la tarea de la evangelización. La misión de la Iglesia se concreta en una especie de cascada de amor, que arranca del Padre, pasa por Jesucristo, el Hijo, y se perpetúa en el Espíritu, llegando hasta nosotros. En este año de la caridad debemos aprender todos, consagrados y laicos, la mística de acercarnos a los demás con un amor samaritano. Para esta aventura propondré a Nuestra Madre, la Virgen María, como Madre de ternura y caridad para sostener la misión de todos nosotros, como profetas de la misericordia, e invitaré a todos a peregrinar a la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad, en la ciudad de Cartagena.

Sin caridad no puede haber verdadera alegría, pues “la alegría del Evangelio”, dice el Papa Francisco, “la vive Jesús que se estremece de gozo en el Espíritu Santo y alaba al Padre porque su revelación alcanza a los pobres y pequeñitos”. Estas palabras nos comprometen para el próximo curso a todos, consagrados y laicos. En el centro de nuestra atención estará la FAMILIA, los jóvenes, Cáritas, la vida religiosa... El Señor nos llama a poner el oído en la voz de los necesitados.

Confío en la protección de la Santísima Virgen María, que, como Madre nuestra, nos ampara bajo su manto de misericordia y nos presentará ante su Hijo Jesucristo, para que todas nuestras tareas en pro de la caridad pastoral las conozca el autor de la Vida. Unidos en la oración, recibid mi bendición. Feliz verano.