CAMINEO.INFO.- Luján/ARGENTINA.-“El mundo esta cambiando vertiginosamente y muchas veces las leyes del mundo son despóticas, y el despotismo del que nos habla el Papa fundamentalmente es el relativismo; todo es relativo y todo está reducido a una experiencia, privada e individual”, dijo monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en la homilía de la misa celebrada el sábado 4 de septiembre en la basílica de Nuestra Señora de Luján, con ocasión de la Peregrinación Diocesana al santuario de la Patrona de la Argentina.
El prelado pidió a la Virgen por las familias y por las comunidades, para que no se encierren en sí mismas sino que “sean capaces de superar las dificultades que vienen de afuera y que vienen de adentro”. Particularmente lamentó “tantas cosas golpean el seno de nuestras familias”, como las leyes que la debilitan sin tener en cuenta que se trata de una institución anterior al Estado.
En este contexto, advirtió que “hoy la Iglesia Católica está como despreciada y desconocida, fundamentalmente porque sostiene un argumento antropológico humano-creyente y eso no se tolera; una de las cosas que más se le critica a la Iglesia -hay otras que son de excusa-, es que defiende la vida desde su concepción; porque la Iglesia defiende la familia integralmente; porque la Iglesia no quiere -por derecho natural y no sólo por derecho religioso- no acepta el aborto; y en tantos otros campos la Iglesia en su humanismo y en su cristianismo está viviendo algo que ciertas veces el mundo no tolera, le molesta y le es adverso”.
“Entonces ¿qué hacemos? -se preguntó-, ¿nos callamos la boca, nos encerramos en la sacristía, nos quedamos en nuestro individualismo, perdemos el don que Dios nos da? Hoy más que nunca, el servicio que nosotros prestamos a la Iglesia y al mundo es saber que ¡Dios es el principio de toda vida y que todos nosotros formamos la familia humana!, ¡que todos nosotros somos hijos de Dios!, ¡que tenemos que respetarnos!, ¡amarnos!, ¡cuidarnos!, ¡protegernos!, ¡y ayudarnos!
Por eso pidió a la Virgen “que nos ayude a darnos cuenta de que tenemos que vivir de la esperanza, que Dios no es ni una idea, ni un nombre, ni una hipótesis, ¡es la realidad!, ¡y es Dios quien hace la realidad de toda vida humana!, ¡de toda existencia! El mejor servicio que podemos presentar al hombre es creyendo en Dios, viviendo en Dios, confiando en Dios, siendo fiel a Dios y dando a Dios a los demás”.+