CAMINEO.INFO.- Mar del Plata/ARGENTINA.- Más de 7.000 personas participaron de la Fiesta de la Familia que se realizó el sábado 4 de septiembre en el Polideportivo Islas Malvinas, de la ciudad de Mar del Plata, y que estuvo signada por la música, el color, la alegría, y momentos de reflexión y testimonios relacionados con la temática familiar.
La Fiesta estuvo encabezada por el obispo, monseñor Juan Alberto Puiggari, y el vicario general de la diócesis, monseñor Armando Ledesma, y contó con la presencia del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, junto a su esposa Karina Rabolini; el director de Culto de la provincia, Enrique Moltoni; y los intendentes de General Pueyrredón, Gustavo Pulti, y General Alvarado, Patricio Hogan, entre otras autoridades civiles y militares.
El acto comenzó minutos después de las 15 y la apertura estuvo a cargo del Taller de María Carreras, que representó un cuadro relacionado con el nacimiento de un bebé y en el que los más de cuarenta actores en escena junto a sesenta jóvenes de las parroquias, interactuaron con el público.
Posteriormente hubo dos cuadros artísticos más: un almuerzo familiar y una representación del amor según el libro bíblico el “Cantar de los Cantares”, intercalados con testimonios de familias y novios, y audiovisuales de Benedicto XVI.
Luego se hizo un homenaje a la Beata Teresa de Calcuta, en el año del centenario de su nacimiento y como cierre de la parte cultural y artística de la Fiesta de la Familia, actuó el cantante Facundo Saravia, que interpretó varias canciones, algunas de ellas, acompañado por el Chalchalero, Polo Román.
El estadio se vio colmado en su capacidad por fieles de las parroquias, capillas, colegios y movimientos, no sólo de Mar del Plata sino también de las ciudades que conforman la diócesis: Miramar, Balcarce, Necochea, Lobería, Coronel Vidal, Pinamar, Villa Gesell, Madariaga.
El matrimonio y familia son insustituibles, no admiten otras alternativas
A continuación se celebró la misa, presidida por monseñor Puiggari, y concelebrada por decenas de sacerdotes. Durante la homilía el Obispo expresó: “Hemos cantado, celebrado y escuchado los testimonios maravillosos y ahora queremos hacer todo esto oración dando gracias a Dios por la belleza de la familia, y por la hermosura de la paternidad y maternidad cuando como comunidad de amor se pone al servicio de la vida”.
“La familia fundada en el matrimonio -añadió-, constituye un patrimonio de la humanidad, una institución social fundamental que es la célula y el pilar de la sociedad. Como decía Juan Pablo II, el futuro de la humanidad se fragua en la familia, es indispensable y urgente que todos los cristianos nos comprometamos por salvar y promover los valores y exigencias de la familia”.
Tras subrayar que “la Iglesia no puede dejar de anunciar que el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas”, advirtió sobre “la gravedad particular que reviste el aborto”, que “es un no a la vida y un no a la familia. Es una mutilación a la familia en el seno de la mujer” y, citando a la Madre Teresa de Calcuta, añadió: “El que legitima el aborto, legitima toda muerte y por eso no nos tiene que asombrar lo poco que vale nuestra vida en la Patria, si todos los días se levantan voces que piden la muerte del más inocente y débil y todos los días nuestros queridos viejitos son abandonados a su suerte. Una sociedad que no cuida a los que están por nacer y a los más ancianos, es una sociedad que tiene profundos signos de muerte y decadencia”.
Al término de la homilía llegó el momento culminante de la Fiesta, con la presentación frente a Monseñor Puiggari de unos abuelos, unos esposos, una pareja de novios y dos niños. Cada uno dialogó con el pastor diocesano y, en representación de los integrantes de las familias, fueron renovando su compromiso de amor en la institución básica de la sociedad. En ese momento el estadio quedó iluminado con las velas que los fieles sostenían en sus manos.
Por último se leyó un breve mensaje del Papa Benedicto XVI con motivo de esta Fiesta y en el que impartía la bendición apostólica para la “amada diócesis de Mar del Plata”.+
