Bajo el lema, «Con María en el corazón de la Iglesia» los obispos
españoles oran por quienes continuamente lo hacen por nosotros: las
personas consagradas contemplativas. Con este motivo, agradecen a Dios
esta forma de consagración que necesita la Iglesia.
La Virgen
María y la Iglesia constituyen el marco para la vida consagrada en
España este año. Por ello, en la en la Jornada de la Vida Consagrada del
pasado 2 de febrero, la consigna fue «La vida consagrada con María,
esperanza de un mundo sufriente».
Entonces se contemplaba a María
como modelo de esperanza para todos los consagrados que tratan de ser
cercanos a tantas realidades de nuestro mundo marcadas por el dolor;
«ahora, María se ofrece como signo para la vida consagrada
contemplativa, que está llamada, como ella, a habitar el corazón del
cuerpo místico de Cristo, de la Iglesia que, con amor materno, acompaña a
sus hijos e hijas en todo momento, pero sobre todo en la desgracia».