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1. No vale la pena pelearse
«Cuando hay ira o discusiones ácidas instintivamente bloqueamos nuestra capacidad de escuchar y rechazamos todo lo que representa el otro. Por eso, en momento de contraposición, lo que tenemos que hacer es bajar el nivel de conflicto, llegar a un punto común y saber en qué valores estamos de acuerdo», explicó el experto en comunicación eclesial.
«Debemos intentar construir desde lo que es común y empezar a dialogar desde allí reduciendo la tensión», agregó
2. Ante la intolerancia, imitar a Cristo
«Cuando nos topamos con alguien que odia a la Iglesia y que no la tolera, en primer lugar, la actitud de un cristiano debe ser la de Jesús: querer a las personas, intentar entenderles, preguntarnos qué puede haber pasado. Muchas veces no son razonamientos, sino experiencias negativas con alguien de la Iglesia», dijo de la Cierva.
«Debemos intentar curar esa herida, ir muy despacio y respetar. Dios encontrará el momento de tocarle el corazón en el momento adecuado, y mientras tanto, estar disponibles», concluyó el experto.
3. Proclamar la verdad de Cristo transmitiendo lo que somos
De la Cierva afirma que «la verdad de Jesús que proclama la Iglesia es la verdad sobre el hombre, la sociedad, la familia, el futuro, sobre lo que es bueno, lo que hace feliz a los hombres».
Enfatizó que «esa verdad hay que defenderla».
Además, dijo que «lo más importante para que la Iglesia comunique bien es transmitir lo que somos los católicos. Si la gente nota que las queremos por encima de las ideas, ideologías o doctrinas, y que lo que queremos es lo mejor para ellas, en ese momento, empezarán a escuchar».
4. Mejorar las capacidades y ser ejemplo
«Si estamos solos o en minoría debemos mejorar nuestras capacidades de exponer las cosas de manera razonable y serena, buscando historias que transmiten más que lecciones teóricas y enseñando con nuestro ejemplo. Si nos ven felices, preocupados por los demás, atendiendo a los pobres, entonces somos más creíbles», detalló el especialista.