Para los abogados del Cardenal, la opinión disidente de uno de los
tres jueces del Tribunal de Apelación de Victoria, Mark Weinberg, puede
proporcionar motivos razonables para revocar la sentencia confirmada el
21 de agosto pasado.
Los abogados del Cardenal George Pell
presentaron hoy formalmente la apelación ante el Tribunal Supremo, la
última instancia judicial en Australia, después de la sentencia de seis
años por abusos contra menores, una decisión confirmada el pasado mes
por el Tribunal de Apelaciones del Estado de Victoria con el voto de dos
de los tres jueces. Pell fue encontrado culpable de abusar de dos
adolescentes en la sacristía de la Catedral de Melbourne en 1996 cuando
era Arzobispo. El Cardenal siempre ha rechazado los cargos y se ha
declarado inocente.
Dudas de uno de los tres jueces
La
decisión de la Corte de Apelaciones, dictada el 21 de agosto con el
voto favorable de la Juez Principal Anne Ferguson y del Presidente de la
Corte Chris Maxwell, confirmó el veredicto alcanzado en diciembre
pasado por el jurado de una corte de Melbourne, cuando Pell fue
declarado culpable. Los dos jueces determinaron que la única víctima
sobreviviente de Pell era un testigo creíble y veraz. Los abogados de
Pell se basarán en gran medida en la opinión disidente del tercer juez,
Mark Weinberg, ex jefe de la fiscalía federal, quien se opuso al
veredicto porque, en su opinión, no cumple con el principio de que una
persona sólo puede ser condenada si las pruebas demuestran su
culpabilidad más allá de toda duda razonable.
La posición de la Santa Sede
El
21 de agosto pasado, la Santa Sede tomó nota de la decisión del
Tribunal de Apelación, reafirmando su respeto por las autoridades
judiciales australianas, como se declaró con ocasión de la sentencia en
primera instancia. A la espera de cualquier novedad en el proceso
judicial, recuerda que el Cardenal siempre ha reafirmado su inocencia y
que tendrá derecho a apelar ante el Tribunal Supremo. En esta ocasión,
junto con la Iglesia de Australia, la Santa Sede confirmó su cercanía a
las víctimas de abusos sexuales y su compromiso, a través de las
autoridades eclesiásticas competentes, de perseguir a los miembros del
clero responsables de ellos.
(Roberto Piermarini – Ciudad del Vaticano, vaticannews.va)