Señal y mensaje religioso del nuevo gobierno.

Hay 167 diputados de izquierda nítida, auto definida, no difusa, en el parlamento: 84 PSOE, 67 Podemos...,9 ERC, 4 Compromiso, 2 Bildu, 1 NC. Concretamente el 47'71%. No se puede hacer la misma cuenta nítida respecto a la derecha. No es posible, no es tan nítido, hay como un latente complejo o miedo escénico, es como difuso porque el marco de referencia, el metro relativista, se ajusta al patrón de lo "políticamente correcto" y eso lo marca la progresía, esté donde esté, pues son los nuevos tutelantes con relativismo rodante. En cambio sí, al menos, creo, puede decirse que no son izquierdas de aquellas los 183 diputados restantes. 134 PP, 32 C's, 1 CC, 5 PNV, 8 PdCat, 2 UPN, 1 FAC. Alcanzando el 52,29%. De estos 13 diputados, los del PdCat y del PNV, apoyaron la moción de censura y sumados a los 167 auparon al nuevo presidente del gobierno de España.

Me voy a quedar con estos porcentajes y voy a sacarlo del contexto político y los incorporo al ámbito religioso. ¿Dentro de esos 84 diputados del PSOE no hay ninguna sensibilidad cristiana, católica, explícita públicamente? Como Bono o Vázquez,...¿Y dentro de ese 47,41%? ¿Nada? Me extraña, pero perplejo quedó aguardando. ¿Dónde están sus cristianos católicos? ¿Silenciados en lo doméstico? ¿Por qué? ¿O acaso no hay o no existen? Esa consigna que apunta al rincón doméstico es dominante en los coloquios de la izquierda y de las progresías. Pero no es lo que exige un estado aconfesional como consagra nuestra constitución. No, la constitución española presenta un estado aconfesional que refrenda "la justa laicidad del Estado", adelantándose magistralmente a los comentarios profundos de S.Juan Pablo II al respecto. Insisto, la constitución española explicita la aconfesionalidad del Estado, defiende la libertad religiosa y refrenda la relevancia histórica de la religión católica en España.

El dominio del relativismo junto a los procesos de descristianización, desacralización y de crisis de fe va haciendo estragos y desalma a muchos. Con este cambio relativista paulatino de criterios y valores, tanto entre los ciudadanos representados por el 47, 71% como entre los del 52,29%. Pescan con esta sutil persecución del siglo XXI en todo charco "no con caña sino cambiando el agua". Así van imponiendo o convenciendo con su religión "etsi Deus non daretur", como si Dios no existiera.

La imagen del 100% del nuevo gobierno prometiendo, por su honor y conciencia, es una potente señal, un mensaje rotundo y firme, avalado por el apoyo de sus 84 diputados y probablemente por los 167, aunque no creo que todos sus votantes sean personas sin fe, o con fe religiosa con exclusiva manifestación doméstica. Eso nunca ha sido así en España.

Sin duda, entiendo que el presidente o cada ministro o ministra en concreto tengan la potestad personal de decidir cómo quieren realizar el acto público ante el rey, bien prometiendo o bien jurando y, a su vez, eligiendo entre los símbolos que al efecto se prevea. El acto es suyo y su decisión merece todo respeto. Este cambio posible en el protocolo lo avala la propia decisión real de Felipe VI. Decisión abierta a las distintas sensibilidades y generosa, permitiendo que cada quién decida la fórmula y ante qué símbolos. Sin duda, va a entrañar problemas de gestión protocolaria. Veremos en el tiempo el resultado de la decisión de su Majestad Católica y Rey de Jerusalén. Espero y deseo su acierto.

Me ha impactado la señal que ha dado a la ciudadanía el mensaje institucional el nuevo gobierno al completo. Reitero mi respeto pero me he entristecido viéndolo. Bien que intentan ser ecuánimes en paridades, pesos y contrapesos, para recoger las diversas sensibilidades. Les suele gustar defender la diversidad con asimetrías. Vista las 18 señales y su conjunto la insensibilidad hacia lo cristiano y católico es nítida, explícitamente y públicamente. El perfil religioso lo silencian y a lo católico empujan hacia lo doméstico. Ese resultado que buscan es imposible de lograr y creo que pueden hacerse daño a sí mismos y al prójimo porque la Misión fundamental de la Iglesia, de todos y cada uno de los cristianos, es Evangelizar. La ciudadanía española es y tiene sus raíces occidentales en la combinación de las tradiciones judeo-cristiana y grecorromana. Siempre en España hubo, hay y habrá un Resto, como el "El resto de Israel", "El resto de su Iglesia" que cumpla su Misión. Es verdad también, mirándolo positivamente, que toda persecución purifica, fortaleciendose por el Espíritu Santo todo el Pueblo y este Resto dispuesto a testimoniar el Amor, la muerte y resurrección de Cristo y de los muchos que le han seguido y siguen, salando, fermentando e iluminando a todos, también al enemigo, con El Kerygma, la Buena Noticia. ¡"Hasta la piedras hablarían"! ¡"Proclamadlo desde los terrados"!
Ánimo y a servir.