Dice San Pablo una
frase muy importante, una frase que tendríamos que poder decir todos: “Todo
lo puedo en aquel que me conforta, en aquel que me da fuerzas”.
¿Qué quiere decir “todo
lo puedo”? Me siento capaz de todo. No tengo miedo. ¡Nada no me da miedo!
“En aquel que me
conforta”. ¿A quién se refiere? “A aquel que..” Jesucristo/Dios.
¿Cómo Dios le da
fuerzas a San Pablo, cómo Dios nos da fuerzas a nosotros? Una pista la teníamos
en el evangelio que nos habla de un banquete. ¿Cómo Dios nos da fuerzas? Sobre todo
a través de la eucaristía.
Continuemos la frase
de San Pablo: “Todo lo puedo en aquel que me conforta” con la
eucaristía.
Primera idea: ¡Dios
nos da fuerzas con la eucaristía!
Pasemos al evangelio. Esta parábola nos habla del rechazo
de Jesús por parte de los dirigentes del Pueblo de Israel.
Pensemos que estamos en el capítulo 22 de Mateo, a pocas
semanas de la muerte de Jesús. De aquí el sentido de esta parábola.
La
parábola es un cuento que tiene una enseñanza. La parábola la hemos de
interpretar:
¿Quién
es el rey? El rey es Dios.
¿Quién
es el hijo que se casa? El hijo es Jesús.
¿Y
con quién se casa Jesús? Con la humanidad, con nosotros. La boda es una gran
fiesta, un gran banquete para celebrar la alianza de Dios con la Humanidad, con
nosotros. Dios hace en Jesús una alianza nueva y eterna. Una alianza es un
pacto. A lo largo de todo el AntiguoTestamento, Dios ha hecho diversas
alianzas, el hombre las ha ido rompiendo todas. Hasta que Dios hace la alianza
nueva y eterna.
¿En
qué momento de la misa salen las palabras “alianza nueva y eterna”? ¡¡Siempre!!
¡En todas las misas! En la consagración. “Tomad y bebed todos de él, porque
éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna”.
En
cada eucaristía recordamos que Dios/Jesús ha hecho un pacto con nosotros...
¿Cuál
es el contenido del pacto que Dios nos ofrece? ¿Qué nos ofrece Dios en este
pacto?
En
este pacto Dios se compromete: ¡¡yo seré con vosotros siempre!! (eucaristía).
Yo caminaré siempre con vosotros (salmo del buen pastor). Yo os daré fuerzas
siempre que haga falta (eucaristía).
Y
nosotros a ¿qué nos comprometemos en este pacto? ¡¡A abrir la puerta a Dios que
llama!! Cuando rezamos, abrimos la puerta, cuando...
De
esta parábola podemos deducir tres ideas muy bonitas:
1. La vida cristiana es una invitación que
Dios hace a cada uno de nosotros. La vida cristiana es una invitación, un
ofrecimiento.
2.
En las bodas hay alegría, fiesta, fraternidad. Que sea un banquete de bodas
también nos ayuda a entender que la invitación es a una vida alegre, gozosa.
Dios nos ofrece la vida verdadera y feliz. ¡¡Dios no nos quiere tristes!!
¡¡Dios quiere nuestra alegría!! Por esto nos invita a la boda.
Si
experimentamos a Jesús como nuestro buen pastor que siempre nos acompaña ¿cómo
podemos estar tristes? ¡¡Si estás triste revisa cómo vives tu fe!!
3.
Cuando nos invitan a una boda sabemos muy bien a qué nos están invitando… ¿A
qué nos invita Dios? A un encuentro, a una relación. Por esto el momento más
importante de la misa es el momento de la comunión, cuando tomamos el cuerpo de
Cristo, cuando entramos en comunión con su persona.
¿Verdad que es
incomprensible que alguien rehúse la invitación a la boda de un rey? Pues, aún
es más incomprensible que rechacemos unirnos con Dios. ¿¿¡¡Cómo podemos
rechazar la comunión con Dios!!??
En silencio
agradecemos su presencia.