La enseñanza religiosa escolar, un derecho que hay que afirmar

CAMINEO.INFO.- Crece el número de personas que se preguntan sobre cómo tienen que ser las relaciones de la Iglesia con el Estado. Si escuchamos las palabras de Cristo en el Evangelio la respuesta aparece bastante clara: “dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”(Mc 12,17). Es lo que se viene a decir cuando se habla de laicidad o aconfesionalidad del Estado. Sin embargo hoy se interpreta esta laicidad desde una perspectiva que fundamenta propuestas como la abolición de símbolos religiosos en lugares públicos, la reducción de la fe al ámbito privado o la supresión de la enseñanza religiosa en la escuela.

Frente a estos planteamientos el Papa Benedicto XVI ofrece una visión que conviene tener en cuenta. En su último viaje a Francia, hablando de la relación Iglesia-Estado, decía: “En efecto, es fundamental, por una parte, insistir en la distinción entre el ámbito político y el religioso para tutelar tanto la libertad religiosa por los ciudadanos, como la responsabilidad del Estado hacia ellos y, por otra, adquirir una conciencia de las funciones insustituibles de la religión para la formación de las conciencias y de la contribución que puede aportar junto con otras instancias para la creación de un consenso ético de fondo en la sociedad” (Benedicto XVI, Paris, 2008).

En este horizonte hay que situar la aportación de la Iglesia en un campo tan decisivo para el futuro de la sociedad como es la educación de los niños y jóvenes. Al respecto, son evidentes los esfuerzos, tanto de las propias instituciones eclesiales como de los cristianos en el ámbito de la enseñanza escolar. Una cuestión fundamental en la hora presente, que se puede señalar como de “emergencia educativa”, pues está en juego la calidad de vida de niños y jóvenes y la responsabilidad educativa de los padres. En este sentido, la enseñanza religiosa que ofrece la escuela constituye una oportunidad, tanto para responder al derecho fundamental de los niños y adolescentes, como al de los padres que quieren una formación religiosa para sus hijos. Una enseñanza, como oferta a disposición de todos, garantizada por nuestro ordenamiento jurídico.

Por todo ello, urge animar a los padres a eligir la enseñanza religiosa para sus hijos, como formación que les enriquece cultural y religiosamente. Una enseñanza distinta de la catequesis, que ofrece, a quienes están en una actitud de búsqueda, la posibilidad de conocer la respuesta de la fe cristiana a los grandes problemas de la vida; a quienes no creen les da la oportunidad de confrontarse con el mensaje cristiano y conocer sus propuestas; y a quienes viven la fe, les lleva a conocerla mas plenamente en relación con el conjunto de saberes que ofrece la escuela. Los padres pueden ejercer su derecho si desean que sus hijos reciban enseñanza religiosa escolar.