La Fundación Santa María
de la editorial SM ha presentado el informe “Jóvenes españoles entre dos siglos
(1984-2017). Un concienzudo estudio de la juventud española y su evolución
desde 1984, fecha del primer informe.
Su lectura me ha parecido
sumamente interesante. Sirva este artículo de invitación a leerlo, pues sería
pretencioso por mi parte hacer un comentario solvente de su contenido por lo
que me limitaré a unos pocos datos que me han llamado particularmente la
atención.
El primer dato es la
disminución imparable de jóvenes y simultáneamente el aumento de personas mayores.
Si los que cumplieron 18 años en 1993 eran unos 670.000, los que han cumplido dicha edad en 2017, los nacidos en 1999, solo
son 378.000, es decir apenas un poco más de la mitad. Este dato es mucho más
grave que las variaciones económicas con las que nos bombardea el gobierno de
forma constante.
Nuestro presente
demográfico con una disminución de población que se va repitiendo en los
últimos años es altamente preocupante y aun más nuestro futuro. Si no hay
reemplazo de jóvenes, somos un país cada vez más envejecido, como casi toda
Europa, empeñado en suicidarse. ¿Cómo podrá hacerse frente al creciente gasto
asistencial de una población envejecida? Todos los cálculos en los que se
apoyaba el “estado de bienestar”