CAMINEO.INFO.- Teruel/ESPAÑA.- Los políticos de la pequeña localidad turolense de Burbáguena lo han dejado claro: no habrá candidatos a las próximas elecciones municipales, que se celebrarán en menos de un año, hasta que no se arregle la iglesia de la localidad, que se encuentra en muy mal estado de conservación. Están dispuestos a llegar hasta el final con su «motín» y todo para que los ciudadanos del pueblo puedan volver a oír misa sin tener que salir de su municipio.
Ya se lo han comunicado a sus respectivos partidos y ahora esperan que tanto el Obispado como la Diputación Provincial de Teruel y el Gobierno de Aragón muevan ficha. Cuentan con el respaldo de sus 300 vecinos que, al igual que sus representantes políticos, están dispuestos a llegar hasta el final con todas sus consecuencias. «Es nuestra última baza», explica la alcaldesa de Burbáguena, Silvia Benedí, del Partido Aragonés.
Su postura la han oficializado a través de un manifiesto que han firmado los representantes de todos los partidos políticos de la localidad —PAR, PSOE, PP y CHA—. En el documento, se comprometen a no presentar candidatos a las elecciones municipales de 2011 hasta que no se arregle la iglesia de la localidad, cerrada al culto por los graves problemas estructurales que presenta.
Fue el Ayuntamiento quien decretó, unilateralmente y sin contar con la opinión del Obispado, el cierre del templo, ya que las grietas y deficiencias hacían temer lo peor. Llevan 15 años esperando una solución, quieren que se rehabilite la iglesia, sin embargo les falta el apoyo económico del resto de instituciones, ya que el consistorio no puede hacer un desembolso económico tan elevado. Entienden que la crisis haya provocado un descenso de las inversiones, por eso piden que si no hay dinero suficiente para rehabilitarla por completo, al menos se estabilice para evitar un posible derrumbe, y es que la alcaldesa asegura que en el pueblo hay «miedo» a que el templo se venga abajo.
La Iglesia parroquial Nuestra Señora de los Ángeles fue construida en el siglo XVIII y está declarada Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que desde el municipio reclaman al Gobierno de Aragón que se haga cargo de las obras necesarias para solucionar los problemas estructurales que presenta el edificio.
Cansados de promesas
Ante la falta de respuesta por parte de las instituciones, han decidido pasar a la acción. La alcaldesa explica así la postura de los políticos: «si a las buenas no nos hacen caso y no estamos consiguiendo nada, hay que movilizarse». «Estamos cansados de que, por ser un pueblo pequeño o por no tener casi votantes, no figuremos para nada», asegura la alcaldesa, y añade que «con nosotros no cuenten, como mínimo hasta que nos estabilicen la iglesia».
No descartan otro tipo de acciones más convencionales, como concentraciones vecinales, ya que «como no somos muchos nos manifestaremos despacho por despacho, para ver si alguien nos hace caso», ironiza.