La Fiesta de la Familia en Madrid que se celebra este domingo, 29 de diciembre, contará este año con el envío a la misión de 100 familias europeas del Camino Neocatecumenal por parte del arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio Mª Rouco Varela. A las 10,30 de la mañana y antes de la celebración eucarística, el iniciador del Camino, Kiko Argüello, hablará sobre esta experiencia de “Familias para el mundo” y explicará el significado de este acontecimiento para la Nueva Evangelización.
Las familias que participarán en la Plaza de Colón ya han recibido el destino para acudir en misión en una convivencia celebrada en Italia recientemente. Junto a otras 200 familias del Camino Neocatecumenal recibirán también el envío a la misión por el papa Francisco el próximo mes de febrero.
Las “missio ad gentes” es uno de los frutos del Camino Neocatecumenal. Desde hace años envía a la misión a familias que se muestran dispuestas a dejarlo todo por la evangelización y que acuden a lugares en los que el propio obispo les haya solicitado. En muchas ocasiones son enviadas a zonas donde la Iglesia no existe o apenas tiene presencia. Esto es precisamente lo que hacen las familias que forman una missio ad gentes. Cada una de estas misiones está constituida por cuatro familias con numerosos hijos, un sacerdote responsable de la missio y de un “socio” que le acompaña, tres mujeres jóvenes que ayudan a las familias y a sus hijos y una mujer mayor que ayuda a los sacerdotes. En total, cada missio ad gentes está formada por unas 45 personas.
Carlos Leoni y Silvia Villarroel forman una familia que actualmente reside en Madrid y que partirá en misión con sus cuatro hijos. Se conocieron en la universidad mientras estudiaban fisioterapia. Silvia pasó por una ruptura de una relación anterior, Carlos estuvo ahí para apoyarla y ayudarla y de ahí surgió su noviazgo. En aquel entonces Carlos ya estaba en las comunidades e invitó a Silvia, la cual aceptó más bien motivada por el interés hacia Carlos. “Dios tenía sus planes y se vale de lo que sea para atraer ovejas a su rebaño”, cuenta Carlos, y explica que “así fuimos caminando en las comunidades mostrándonos el Señor nuevas formas de ver las cosas con otros ojos”. Tras 8 años de noviazgo, se casaron en mayo de 1998 en la parroquia de San José de Madrid y fruto de esta unión nacieron cuatro hijos.
Hablando sobre la misión comentan que “el Señor te va labrando poco a poco este corazón que tenemos y te va sembrando luego el celo por anunciar su palabra”. Y explica que “no es una decisión meditada ni estudiada, es el momento en que el Señor te llama y te está diciendo ven que te necesito y como Él nos da la libertad de decirle sí o no”.
Y aunque reconocen que sienten temor, que saben que no será tarea fácil y que habrá tentaciones de no querer seguir adelante, “tenemos a nuestro Dios que nos fortalece y nos alienta día a día para seguir adelante”. Y aunque las costumbres, el idioma, el estilo de vida serán muy diferentes “todo nos lleva a decir que sí a Dios con nosotros quién contra nosotros”.
Los niños tienen muchas preguntas, comenta Carlos, y “a veces pienso que no entienden este cambio que vamos a tener pero se fían de nosotros, ellos saben que no les haremos mal lo mismo que nosotros nos fiamos de nuestro Padre que está en los cielos y tenemos la certeza de que Él nos precede en la misión”.
Sobre los frutos que podrá dar esta misión, Carlos y Silvia confirman que “solo Dios sabe, Él escribirá los frutos, el cristiano es el que vive el hoy, mañana vendrá por sí solo. Esperamos que sean muchos para gloria de Dios y no para la nuestra. Nosotros somos solo instrumento para llevar la palabra d Dios a donde Él quiera”.