Écija/ESPAÑA.- El sacerdote Antonio Pérez, párroco de la Parroquia Mayor de Santa Cruz de Écija, ha sido reconocido como Hijo Adoptivo por el ayuntamiento de Écija en un acto que se celebró el pasado 8 de febrero.
El Alcalde y los representantes de los diferentes partidos políticos reconocieron la trayectoria de Antonio Pérez: su dedicación a las personas, con especial recuerdo a tantos jóvenes a los que impartió clase de religión en el instituto de San Fulgencio; su parroquia de Santa Cruz (recordando que también fue párroco de San Gil, y posteriormente de Ntra. Sra. del Carmen de Écija) en la que ha pasado la mayor parte de su ministerio sacerdotal y el trabajo por la defensa del patrimonio, especialmente en la creación del Museo Parroquial de Arte Sacro.
Antonio es además académico numerario de la Academia Luis Vélez de Guevara de Écija y por su formación musical y gran afición también fundó el Orfeón Astigitano Virgen del Valle.
En el acto del ayuntamiento el párroco de Santa Ana de Cañada Rosal le dedicó unas palabras al nuevo hijo adoptivo de Écija:
[…] Recuerdo tu llegada (al seminario de Sanlúcar de Barrameda). Fui nombrado Prefecto de tu curso. Te acompañaba en el salón de estudios, en el comedor y en la Capilla, en el patio de recreo y en los paseos. Y como en foto color sepia, te recuerdo menudo, con ganas de vivir, ojos avispados y mirada penetrante, aplicado y piadoso, responsable y servicial. Guardo en la retina de mis ojos tu arte y tu gracia en el movimiento de tus pies y tus manos. Apenas se te pedía, salías a cualquier escenario improvisado allá en la calzada en la playa o en los Pinares de Bonanza. Te movías al compás de las sevillanas o de la jota, como el alumno más aventajado de la escuela. Te fuiste instruyendo en la gramática y en la retórica y forjando en valores. Madurabas como persona y clarificabas tu vocación. En el Seminario mayor: filosofía, teología y ordenación. A partir de ahora, tocaría nadar contra corriente, no sé si Río o tierra arriba, pero sí sé que instalaste tu tienda en esta rivera del Genil que riega otro no menos bello pasaje como es la ciudad de las torres, que resultó ser el océano en el que querías no morir, sino navegar para dar vida al tiempo, cosa sorprendente, te habría de dar mucha vida a ti. Recorriste barrios y calles, plaza e Iglesias, desde San Gil, pasando por el Carmen hasta llegar a la que un día fue sede de San Crispín y de San Fulgencio, la llamada Mayor de Santa Cruz, que es tu Gloria y tu Corona, tu Cruz y tu tormento. […]