Barcelona/ESPAÑA.- La asociación Enraizados, que preside José Castro Velarde, ha lanzado una campaña pública para pedir al Abad de Montserrat la no utilización del recinto sagrado para fines políticos.
La polémica se originó el pasado mes de agosto por la marcha de caracter independentista que tuvo su colofón en el Monasterio de Montserrat.
La "Marcha por la independencia de Cataluña" fue recibida con un pasacalle de bienvenida, misa conventual (en la que la participación no fue numerosa) y una ofrenda floral.
En el acto se contó con la participación de religiosas como Teresa Forcades y una delegación fue recibida por el abad, Josep María Soler. Asimismo se inauguró una placa en recuerdo del paso de la Marcha por Monserrat.
La política fuera de la Iglesia
"De todos es conocido que los Templos de la Iglesia no deben ser usados con fines políticos", dice la organización Enraizados.
Una religiosa de una comunidad contemplativa asegura al Abad que "pedimos mucho para que no se rompa la unidad de España y nos extraña mucho que hagan política en el monasterio ya que eso va en contra de las normas de la Iglesia. Perdone pero sentimos mucho lo que ha sucedido. Con afecto en el Señor le Seguimos encomendando en Nuestras Oraciones".
Otro religioso le recuerda que "los Religiosos debemos ser, con nuestra vida y con nuestras obras, ejemplo de unión, como pidió Cristo, nunca de separación", informa Religión Confidencial.
Campaña pública de protesta
La web ofrece un modelo de carta en la que dice:
"Estimado Abad de Monserrat:
He tenido conocimiento del uso el pasado mes de agosto del Monasterio de Monserrat por la llamada "Marcha por la Independencia" de Cataluña.
Por la presente le solicito que nunca más un Templo y unas instalaciones que deben estar al servicio de Dios y de los católicos y de todos los hombres de buena voluntad que necesitan escuchar la voz de paz y solidaridad del Creador, sea usada con fines políticos partidistas y menos aún que atenten contra el Bien Común de catalanes, españoles y europeos, alentando un nacionalismo insolidario y egoista.
Recuerde en palabras de Dawson "que nuestra generación ha sido constreñida a comprender cuán frágiles e insustanciales son las barreras que separan a nuestra civilización de las fuerzas destructoras. Sabemos ahora que la barbarie no es un mito pintoresco o el recuerdo semi olvidado de una etapa primitiva de la historia, sino una realidad siniestra y subyacente que puede irrumpir con fuerza devastadora tan pronto como la autoridad moral de la civilización haya perdido su dominio".
En estos momentos de grave quiebra moral es una absoluta falta de responsabilidad y de caridad cristiana querer abrir divisiones entre los habitantes de Cataluña, el resto de España y el resto de Europa. La Iglesia debe iluminar, nunca añadir confusión y desestabilización a la ya delicada situación. Alentar un nacionalismo egoísta es alimentar de nuevo el monstruo que originó las grades calamidades de siglos anteriores".