CAMINEO.INFO.- Roma/ITALIA.- Treinta y siete profesores de Derecho de once países han presentado observaciones ante la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para que anule el fallo que a fines del año pasado prohibió la exhibición de crucifijos en las aulas italianas.
El Tribunal con sede en Estrasburgo estimó en noviembre de 2009 que la presencia de crucifijos en las aulas puede ser "molesta" para los alumnos que practiquen otras religiones o sean ateos y señaló que "el Estado debía de abstenerse de imponer creencias en lugares de los que dependen las personas. En concreto, se debía observar una neutralidad confesional en el contexto de la educación pública".
El caso fue presentado al Tribunal por el finlandés Soile Lautsi, cuyos hijos de 11 y 13 años asistieron en el curso 2001-2002 a la escuela pública "Vittorino da Feltre", de Abano Terme al noreste de Italia, donde cada aula exhibía un crucifijo.
Tras perder en todas las instancias nacionales, Lautsi acudió al Tribunal europeo que falló a su favor y ordenó a Italia a pagarle cinco mil euros de indemnización, ante el repudio generalizado de ciudadanos y autoridades.
El Tribunal celebrará una audiencia sobre el polémico caso el próximo 30 de junio y según informó el Fondo Becket para la Libertad Religiosa, los profesores de derecho han formado una coalición en defensa de los crucifijos.
La coalición se compone de destacados juristas de toda Europa, incluyendo, por ejemplo, un ex Presidente de la Corte Constitucional italiana. En sus observaciones, los profesores sostienen que la decisión del Tribunal innecesariamente pone en peligro la amplia variedad de símbolos religiosos en las propiedades públicas de toda Europa, incluidos los indicadores nacionales, los escudos de armas, y el arte.
"El intento de exiliar los símbolos religiosos y las ideas de la plaza pública sería temerario, porque los símbolos religiosos y las ideas religiosas son una parte integral del tapiz de la civilización europea", indicaron los profesores.
También advierten los riesgos de un conflicto generalizado entre el gobierno y la religión. Dada la gran diversidad de prácticas religiosas en toda Europa, no tiene mucho sentido tratar de crear un "denominador común" secularista. Por el contrario, los profesores argumentan que la Corte debe dar a los estados un margen sustancial a la estructura de la relación Iglesia-Estado en armonía con la tradición, la historia y la cultura.
Eric Rassbach, director nacional de litigios del Fondo Becket para la Libertad Religiosa, que formó parte del equipo que redactó las observaciones, explicó que "en lugar de anunciar una cruzada contra la religión, la Corte debe reconocer que la religión y el gobierno pueden estar en diálogo armonioso entre sí".