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Domingo III Tiempo Ordinario

Sat, 23 Jan 2021 22:25:00
 

Hoy las tres lecturas pretenden comunicarnos una misma actitud: aprovechar el momento presente, responder ya al Señor, con generosidad, con espíritu de conversión… ¡¡Cambio ya!! ¡Sería el lema de las tres lecturas!

 

A veces nuestra fe está un poco adormecida, es una fe que se vive como una costumbre, una fe tradicional, sin demasiada presencia en la vida real, una fe, a veces más teórica, más nocional, que real.

 

Y ante esto, hoy, la Palabra de Dios nos transmite un sentido de urgencia en responder al Señor. Hoy Dios nos exhorta a nosotros a responder ya al Señor.

 

En la primera lectura se nos muestra como el pueblo de Nínive acoge la llamada a la conversión que hace Jonás con prontitud y con radicalidad. ¡Cambio ya!

 

En la segunda lectura el apóstol Pablo nos dice que “el momento es apremiante”. Y empieza diciendo “queda como solución...” “los que tienen mujer...” “los que lloran,...” los que están alegres,...” “los que compran,...”  “los que negocian en el mundo,...” lo han de vivir de otra manera. Es preciso vivirlo todo en función del Reino de Dios y ya ahora. ¡Cambio ya!

 

Siguiendo este sentido de cambio... En el evangelio, el mismo Jesús comienza diciendo: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el evangelio”. ¡Cambio ya!

 

Y no es una casualidad que cuando Jesús llama a sus discípulos dos veces aparece la palabra “inmediatamente”.

 

Por lo tanto, captamos con claridad, en las lecturas de hoy, este sentido de urgencia en la respuesta al Señor.

 

Y esta Palabra no la podemos ver como una cosa del pasado… Es Palabra de Dios por la cual hoy Dios nos exhorta a nosotros al cambio.

 

Hoy, Jesús nos dice “Venid conmigo...”. Jesús nos vuelve a llamar. Actualiza su llamada. Y quiere que le sigamos inmediatamente, con radicalidad, con espíritu de conversión…

 

Los discípulos estaban liados con las redes, y las dejaron inmediatamente. ¿En qué estamos liados nosotros? ¿Qué nos impide seguir a Jesús inmediatamente, con radicalidad y con espíritu de conversión? Hablarlo con Jesús en la oración... Seguro que nos indica cosas, a mí, el primero.

 

En el caso de los jóvenes la palabra red se les aplica totalmente. Están tan liados con las redes sociales que no pueden seguir a Jesús.

 

Dice Jesús: “Convertíos y creed en el evangelio”. Convertirse y creer no son dos cosas sucesivas y diferentes, sino que son la misma acción. Se implican mutuamente. No pueden vivir la una sin la otra. Esto a nosotros nos lanza un mensaje interpelador: sin conversión no hay “creer”.

 

Y digo que es un mensaje interpelador porque si nos preguntan: ¿Crees? Diremos sííí. ¿Tienes fe? Sííí. ¿Crees en Jesucristo? Sííí, pero, si nos preguntan ¿estás en proceso de conversión? ¿qué diremos? Si nos preguntan ¿vas avanzando en tu conversión? ¿qué diremos?

 

¡Sin conversión no hay “creer”! Situados aquí, una buena noticia y una mala. La buena: la conversión es un don, un regalo que Dios nos quiere dar, que Dios está vertiendo. La “”mala””, pide nuestra implicación. Nos pide desear la conversión, esperarla, confiar. Nos pide tratarlo, escucharlo, dialogar con él.

 

Sin conversión no hay “creer”, pero si se dan las dos, entonces descubrimos la Buena Nueva de Dios.

 

¿Por qué no podemos dejarlo para más adelante?, ¿Por qué no podemos seguir posponiendo ciertos cambios en nuestra vida?. Dos motivos claros

1. Dios nos pide el cambio ya. “El momento es apremiante”. No valen más dilaciones. Debo cambiar eso que sé que me separa de Dios.

2. Porque nos estamos perdiendo lo mejor y no nos damos cuenta. Todo lo que nos aleje, o todo lo que no nos acerque a Cristo, en el fondo nos perjudica, nos está quitando vida. Hoy Jesús nos dice: “Creed en el evangelio” = Buena Noticia. Absolutamente imposible que haya algo que nos llene más que Dios, porque entonces Dios ya no sería Dios. Puede parecernos que algo nos llena más, pero es falso, es ontológicamente imposible. Por eso, Dios hoy nos pide con prontitud un cambio, una decisión, para que él sea el centro de todo. ¡¡Cambio ya!!