CAMINEO.INFO.-
Hch 1,1-11:
"Lo vieron levantarse"
Sal 46: "Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya"
Ef 1,17-23: "Lo sentó a su derecha en el cielo"
Mc 16,15-20: "Ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios"
Celebramos hoy la Ascensión del Señor al cielo. Jesús en los momentos importantes de su vida nos da enseñanzas importantes, por ejemplo:
. Jueves santo: institución de la eucaristía, lavatorio de pies, institución del sacramento del Orden.
. Viernes santo, las famosas siete palabras de Jesús en la cruz, llenas de contenido.
Y hoy, día de la Ascensión donde Jesús ya por siempre dejará de ser visible (hasta la Parusía), Jesús nos da una orden: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”.
Nos da una orden, un encargo, una tarea a hacer. No nos dice: “Si os parece bien, evangelizad...” “Si sois muy inteligentes, evangelizad...” “Si no tenéis nada más que hacer, evangelizad...”.
Jesús en un momento muy importante nos da una orden: “Id al mundo entero...”. Y de aquí surge la pregunta: “¿Eres evangelizador? ¿Te sientes enviado a esta tarea?. Si tu no evangelizas en tu casa, a los tuyos, amigos y vecinos ¿quién lo hará?.
He estado unos días en Milán precisamente en un Congreso de Evangelización. El lema del congreso era este mandato del Señor. En la Basílica de San Eustorgio en cada columna había una banderola, con el mandamiento del Señor, cada una en un idioma diferente. En este congreso he vivido muchas cosas positivas. Pensad que era una sola parroquia la que organizaba el congreso, y acogían a 250 personas, y comían y cenaban allí y durante el día había dos Coffee Breaks, y la mayoría hemos dormido en las casas de feligreses de la parroquia. Por tanto, una parroquia muy viva, muy evangelizadora, con muchas personas implicadas y tirando del carro.
Todo lo que os explico hoy, lo he escuchado estos días en el congreso. Hay una idea que quisiera destacar: al situar esta orden, este mandato, del Señor como una prioridad absoluta, esto te ayuda mucho a vivir tu vida cristiana. Me explico, ¿qué pasa cuando tengo que evangelizar? Me da miedo, me siento pequeño, y esto me lleva a la plegaria, a pedir al Señor valentía, fuerza, coraje. Tener que evangelizar me lleva a ¡rezar más!. ¿Qué más pasa cuando tengo que evangelizar? Me siento incapaz, poco preparado, y esto me lleva a formarme, a estudiar. A conocer mejor los contenidos de mi fe: en qué creemos y por qué creemos.
A veces hablo con jóvenes muy inteligentes y muy preparados en temas profesionales y en los temas de fe se han quedado muy atrasados: los contenidos de la primera comunión y poco más... ¡¡¡No puede ser...!!!
Por tanto, el mandato del Señor me acerca a la oración y me acerca al estudio, y, por lo tanto, me hace crecer en vida cristiana.
Dicho todo esto nos podemos preguntar: ¿Qué es evangelizar?. Hay muchas respuestas, he oído muchas en este congreso. Me quedo con dos. La primera; evangelizar es testimoniar un encuentro, nuestro encuentro personal con Jesucristo: como lo he descubierto y como ha cambiado mi vida. No parece demasiado complicado. ¿No?...
La segunda respuesta: evangelizar es comunicar a los demás que Dios les ama, que todo el mundo pueda conocer que Dios les ama, les ama hasta morir por ellos. No podemos permitirnos que no conozcan este gran amor. Evangelizar es un discurso de amor. No podemos no anunciar el Amor (la Vida) a los demás. Nos hemos de sentir interpelados por tantas vidas destruidas y sin sentido que nos rodean. Es una tarea maravillosa confiada por Dios , Dios se fía de mí, Dios quiere cambiar sus corazones a través mío... Que todo el mundo conozca su amor.
No podemos ser cristianos de sacristía (cerrados en nuestro gueto), o cristianos jubilados (que no nos sentimos interpelados por la orden de Jesús)... Hemos recibido un don muy grande, es normal que lo comuniquemos...
“Es que si lo hacemos se ríen de nosotros”. Y ¿qué? Dice Martín Heidegger que si Jesús volviera hoy, ya no lo matarían, lo que harían es ridiculizarlo. Hoy en día ya no nos matan, nos ridiculizan... Lo vemos cada día en la tele... ¡qué vamos a hacer!... Bienaventurados vosotros cuando por causa mía os persigan ... alegraos …
Y un último apunte sobre el Espíritu Santo y la evangelización y así comenzamos a poner la mirada en el domingo que viene que celebraremos Pentecostés. El Espíritu Santo es el agente principal de la evangelización, nada puede substituir su acción. Esto es muy importante porqué quiere decir que la evangelización no depende de nuestras capacidades sino de lo que somos capaces de dejarnos mover por el Espíritu Santo.
Una comunidad que reza, que se forma, que invoca al Espíritu Santo es fuerte, capaz de todo y a todo puede aspirar. ¡También a convertir Cardedeu!.
Para que las cosas cambien hay una condición: yo tengo que cambiar.
Yo en mis homilías voy dejando cosas encima la mesa. Si en algún momento veis que el Espíritu Santo os ilumina alguna cuestión... ¡hablemos de ello!.
Domingo que viene Solemnidad de Pentecostés. Excitemos en nosotros el hambre y la sed del Espíritu Santo.
