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Portada:: Reflexión en libertad:: Diego Quiñones Estévez:: Cristo, Águila Mística de Santa Teresa de Jesús.

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Cristo, Águila Mística de Santa Teresa de Jesús.

Wed, 18 Feb 2015 07:02:00
 

I

 A Santa Teresa de Jesús, el amor a Dios, a Cristo, es el que da verdadero sentido a su vida exterior, ascético-purgativa, por los caminos de la España del Siglo de Oro del XVI, fundando conventos de espiritualidad cristológica y eclesial, que eran y son las semillas que germinaron y germinan la frondosa Espiritualidad hispana católica por todo el mundo; pero de modo especial es el amor a Dios, el que da verdadero sentido a la vida interior, iluminativa y beatífica contemplativa del alma, que se alcanza con el encuentro o unión mística con Dios.

En el capítulo veinte del  “Libro de la vida”, donde diferencia entre la unión y el arrobamiento, el vuelo, el levantamiento del alma por Dios al Reino de los Cielos, la Santa de Ávila se sirve del símbolo del águila, el águila caudal o real, regia o imperial, que es el emblema de Cristo, de la contemplación, de la ascensión espiritual, del éxtasis místico, para dar a entender lo ininteligible para quienes no saben todavía lo que es el amor entre Dios y el alma. Veamos cómo nos lo relata, pero con la advertencia de Santa Teresa, de, que, el lenguaje humano, es insuficiente para explicar el éxtasis místico de amor unión con Cristo. De ahí que utilice, para que lo entendamos algo, primero, el símbolo de las nubes que sube al cielo insufladas de vapores o por los rayos del sol, y que son imagen de Dios, de Cristo, que alza el alma hacia la Gloria; y segundo, el símbolo también bíblico, del águila caudal o real, regia o imperial, emblema igualmente de Cristo, símbolo celeste y solar por la capacidad del águila de elevarse por encima de las nubes y detener su penetrante mirada en el sol.

“ 1.Querría saber declarar con el favor de Dios, la diferencia que hay de unión a arrobamiento u elevamiento, u vuelo que llaman de espíritu u arrobamiento, que todo es uno. Digo que estos diferentes nombres todo es una cosa, y también se llama éxtasis. Es grande la ventaja que hace la unión; los efectos muy mayores hace y otras hartas operaciones porque la unión parece principio y medio y fin, y lo es en lo interior, mas así como esos otros fines son en más alto grado, hace los efectos interior y exteriormente. Declárelo el Señor, como ha hecho lo demás, que, cierto, si su Majestad no me hubiera dado a entender por qué modos y maneras se puede algo decir, yo no supiera.

2. (…) digamos ahora a manera que las nubes cogen los vapores de la tierra, y levántala toda de ella (helo oído así esto, de que cogen las nubes los vapores u el sol), y sube la nube al cielo y llévala consigo, y comiénzala a mostrar cosas del reino que le tiene aparejado (…).

3. En estos arrobamientos parece no anima el alma en el cuerpo, y así se siente muy sentido faltar de él el calor natural; vase enfriando, aunque con grandísima suavidad y deleite (…). Acá, las más veces, ningún remedio hay, sino que muchas, sin prevenir el pensamiento ni ayuda ninguna, viene un ímpetu tan acelerado y fuerte, que veis y sentís levantarse esta nube, u esta águila caudalosa y cogeros con sus alas.

4. Y digo que se entiende y veisos llevar, y no sabéis dónde, porque, aunque es con deleite, la flaqueza de nuestro natural hace temer a los principios, y es menester ánima determinada y animosa –mucho más que para lo que queda dicho –para arriscarlo todo, venga de lo que viniere, y dejarse en las manos de Dios e ir a donde nos llevaren de grado, pues os llevan, aunque os pese “.

Nos detenemos en el emblema o símbolo del águila caudal o real, regia o imperial para explicar sus raíces bíblicas y cristológicas procedentes de los Padres de la Iglesia de Oriente y Occidente, y de los tratados místicos de la Edad Media, y en todo el arte, la arquitectura, la escultura, la pintura, la literatura o la teología mística del catolicismo.

En el “Antiguo Testamento”, se nos prefigura la llegada del Mesías, de Cristo, en las profecías. Cristo-Águila Mística, para Santa Teresa de Jesús, como para San Juan de la Cruz, es quien conduce el alma hacia los cielos, hacia los gozos de la gloria de Dios, por las mercedes de su especial gracia divina, como Redentor que es de Humanidad.

En el libro del “ Deuteronomio”, en el “Cántico de Moisés”, el águila simboliza la protección misericordiosa de Dios, que los Padres de la Iglesia Católica de Oriente y Occidente, identifican con Cristo:

11Como el águila incita a su nidada, / revoloteando sobre los polluelos, / así extendió sus alas, los tomó / y los llevó sobre sus plumas”.

En el libro de los “Proverbios”, relativo a los dichos numéricos, aparece el símbolo grato a Santa Teresa, el del “camino”, en tanto y en cuanto como “relación>, junto al del “águila”:

18 Hay tres cosas que me desbordan y cuatro que no logro entender:

19 El camino del águila por el cielo”.

II

 En el libro del “Salmo 103(102)”, un himno a la misericordia de Dios, hay una referencia al águila como donadora de la ternura y la gracia, que prefigura a Cristo Redentor:

1De David.

Bendice alma mía, al Señor, / y todo mi ser a su santo nombre.

2Bendice, alma mía, al Señor, / y no olvides sus beneficios.

3 Él perdona todas sus  culpas / y cura todas tus enfermedades;

4 Él rescata tu vida de la fosa, / y te colma de gracia y de ternura;

5 Él sacia de bienes tus días, / y como un águila / se renueva tu juventud”.

El libro del profeta “Ezequiel”, en la visión y vocación profética, hay una referencia al símbolo del águila y otros símbolos, que, luego recoge el “Apocalipsis” de San Juan:

10 Su rostro tenía este aspecto: rostro de hombre y rostro de león por el lado derecho de los cuatro, rostro de toro por el lado izquierdo de los cuatro, rostro de águila los cuatro”.

El Pseudo Dionisio Areopagita (siglo V), explica el significado espiritual y místico-salvífico del águila que se representa en el rostro de los ángeles del profeta Ezequiel:

“La figura del águila indica la realeza, la tendencia hacia las cimas, el vuelo rápido, la agilidad, la prontitud, la ingeniosidad en descubrir alimentos fortificantes, el vigor de una mirada echada libremente, directamente y sin desvío hacia la contemplación de aquellos rayos, de los que la generosidad del sol teárquico multiplica los rayos”(PSEO, 242).

 En el “ Nuevo Testamento”,  el emblema de San Juan es el águila, porque su “Evangelio”, es la Palabra de  altura simbólico-mística, que revela la verdad de la Divinidad del Señor, de Cristo, el Verbo, el Logos-Luz. En su libro del “Apocalipsis”, se nos dice sobre Dios sentado en el trono, se nos dice:

7 El primer viviente era semejante a un león, el segundo a un toro, el tercero tenía cara como de hombre, y el cuarto viviente era semejante a un águila en vuelo”.

Como en tantos tratadistas antiguos, san Epifanio, san Isidoro o san Ambrosio, el águila simboliza la resurrección de Cristo. Dice san Ambrosio:

“Hablando con propiedad, no hay más que una sola y verdadera águila: es Jesucristo, nuestro Señor, cuya juventud fue renovada cuando resucitó de entre los muertos. Tras haber dejado, en efecto, los despojos de un cuerpo corruptible, refloreció revistiendo una carne gloriosa”.

En la Edad Media, los tratados místicos, como el del autor “Vid Mística”, del siglo XII, recogiendo y recreando las referencias bíblicas arriba señaladas, nos habla de Cristo Redentor:

“Más poderoso eres en tu vuelo que el águila, pues alzaste el vuelo a paso de gigante en la carrera de tu vida para cumplir el misterio de tu encarnación, hasta el momento en que, semejante al águila que llama a sus polluelos, extendiste los brazos como alas en la cruz, y allí, planeando sobre nosotros, nos llamaste a ti, nos pusiste sobre tus hombros y, con poderoso vuelo, nos elevaste hasta tu tabernáculo, hasta la feliz morada donde prodigas las ternuras de tu amor, los esplendores de tu gloria, hasta esa cena celestial a la que invitas a tus amigos”.

En Santa Teresa de Jesús, el “Antiguo Testamento” y el “Nuevo Testamento”, se entrelazan y unen en Quien se comprende y completa la Palabra de Dios encarnada y resucitada, Jesucristo, Águila Mística que nos alza sobre la Historia del hombre universal, y que se encuentra en la historia personal de Dios en cada alma que lo busca en verdad y amor, como Santa Teresa de Jesús.







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