Pedro Sánchez, el nuevo secretario del PSOE, es el hombre de moda. No sabe ni quiere decir que no a ningún medio de comunicación, ya sea "conservador" o "progresista". Todos ellos sirven para promocionar su imagen y su próxima candidatura a la presidencia del Gobierno.
Pero claro, no es oro todo lo que reluce, pues gracias a esas entrevistas, intervenciones y declaraciones públicas somos sabedores de su forma de pensar, de sus intenciones legislativas futuras y también de su ignorancia supina en determinados temas.
Y así, tal y como declaró en "El hormiguero" de Pablo Motos, nos enteramos que sus hijas cursan la asignatura de Religión. Aunque esto lo deducimos al declarar como dolido que no quiere que a sus hijas "se les imponga la Religión". Este hombre ignora, o no, que a nadie se le obliga a cursar Religión, sino que es una asignatura opcional que los padres pueden elegir con total libertad. La única obligación la tiene el centro escolar y es la de ofertarla a su alumnado. Y lo peor de todo es que utiliza esta falsa información para justificar que, cuando él gobierne, la Religión dejará de ser una asignatura oficial para convertirse en una actividad extraescolar.
Y así, tal y como declaró en más de un medio de comunicación, somos sabedores de que su fuerte no son las ciencias naturales. Ignora, o no, que tras la fecundación, lo que anida en el seno materno no es un órgano más de la mujer, sino un ser diferente a la madre, con su propio código genético, que logrará ver la luz del día y ser un ciudadano más si le dejamos nacer. Y lo peor de todo es que justifica el aborto como una digna defensa de la libertad de las mujeres. ¿Y dónde queda la libertad del ser humano que está por nacer?
Pedro Sánchez es el hombre de moda, pero todos sabemos que las modas vienen y se van… Y si no que se lo digan al señor Rodríguez Zapatero. Ahí queda eso.