Hace dos años, durante la homilía con
motivo del Día del Pino en Teror, Francisco Cases, obispo de la Diócesis
de Canarias, invitó a todas las parroquias y a todos los feligreses a
reflexionar y "leer el sufrimiento de la gente" para evitar la
discriminación hacia ciertos colectivos e individuos. "Nos faltan los
hermanos que se marcharon aburridos, cansados de tanta mediocridad",
aseveró el obispo, y tras la polémica que protagonizó Fernando Báez,
párroco de Lomo Magullo y mejor conocido como Padre Báez, sus palabras pueden resonar hoy en día en la memoria de muchos católicos.
En
plena efervescencia del debate sobre la negativa del Padre Báez a dar
la comunión a Héctor Suárez, candidato a alcalde en Telde por Coalición
Canaria y recién casado por lo civil, el discurso que el obispo formuló
durante las fiestas del Pino podría ser estos días un punto de inflexión
para aquellos cristianos que dudaron sobre la actuación de Báez durante
las fiestas de Tufia, el pasado domingo y que han levantado tanto revuelo.
Cases
hizo un llamamiento para recuperar a los fieles y "saber leer en las
dificultades y sufrimientos de nuestros hermanos, sin encerrarnos en
nuestros templos y salones para continuar cuidan- do a los que no se han
ido" y añadió que "hay que reconocer lo que nos falta a nosotros
mismos, lo que quizá hemos perdido en poca o mucha medida". De esta
forma, el obispo buscó que los creyentes que acudieron a la homilía del
Pino hace dos años reflexionasen sobre sus propias acciones, sin
centrarse en juzgar a los demás.
Jóvenes, pobres...
Asimismo
hizo un listado de todos aquellos grupos más sensibles a alejarse de la
Iglesia por la situación en la que esta se encuentra: jóvenes, pobres,
familias desestructuradas... También hizo hincapié en la falta de gente
con vocación religiosa. "Al sacerdocio, a la vida consagrada, a la
entrega comprometida en catequesis...", y admitió que temía que el
trabajo interno pudiera fracasar.
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