Muchos de vosotros, y también de los que trabajamos en la Delegación de Medios de nuestro Obispado, disfrutaremos en estos días de un poco de descanso. No dejaremos de lado la actualidad de nuestra Diócesis, de la que trataremos de teneros informados, así como en nuestro Facebook y Twitter. Volveremos en septiembre a pleno rendimiento, con nuevas energías y fuerzas renovadas para afrontar el Año de la Fe.
Entretanto, hemos recuperado de la CEE un decálogo de hace unos años, que nos ayude a vivir este tiempo de verano cristianamente y con intensidad. Os lo ofrecemos.
1º Vive la naturaleza. En la playa, en la montaña, en la serranía, descubre la presencia de Dios. Alábale por haberla hecho tan hermosa.
2º Vive tu nombre y condición de cristiano. No te avergüences en verano de ser cristiano. Falsearías tu identidad.
3º Vive el domingo. En vacaciones, el domingo sigue siendo el día del Señor y Dios no se va de vacaciones. Acude a la Eucaristía dominical. Tienes además más tiempo libre.
4º Vive la familia. Dialoga, juega, goza con ellos sin prisas. Reza en tu familia. Asiste al templo también con ellos.
5º Vive la vida. La vida es el gran don de Dios. No hagas peligrar tu propia vida y evita riesgos en la vida de los demás.
6º Vive la amistad. Desde la escucha, la confianza, la ayuda, el diálogo, el enriquecimiento y el respeto a la dignidad sagrada de las demás personas.
7º Vive la justicia. No esperes que todo te lo den hecho. Otros trabajan para que tú tengas vacaciones Ellos también tienen sus derechos. Respétales y respeta sus bienes.
8º Vive la verdad. Evita la hipocresía, la mentira, la crítica, la presunción engañosa e interesada o la ociosa vanagloria.
9º Vive la limpieza de corazón. Supera la codicia, el egoísmo y el hedonismo. Vacación no equivale a permisividad.
10º Vive la solidaridad. No lo quieras todo para ti. Piensa en quienes no tienen vacaciones, porque ni siquiera tienen el pan de cada día. La caridad tampoco se toma vacaciones.
Deseamos que tengáis un feliz descanso
